Carlos
Pellicer

Carlos Pellicer
(Villahermosa, Tabasco, México; 16 de enero de 1897 - Ciudad de
México; 16 de febrero de 1977).
Fue un poeta mexicano.
Biografía
Los inicios
Carlos Pellicer Cámara, era oriundo de San Juan Bautista (actual
Villahermosa) capital del estado de Tabasco. Su padre, también
llamado Carlos, era farmacéutico, y su madre, Deifilia fue quién le
enseñó las primeras letras, a leer versos y quién despertó en él una
preocupación social.
Pellicer inició sus estudios de primaria en la escuela Daría
González. La revolución mexicana lo contagia de su ímpetu. Los
aviones lo hacen soñar con ser piloto civil. Pero desde muy temprana
edad descubre su vena poética y la convicción de llegar a ser
alguien importante.
En 1909, como consecuencia de la situación política que vivía
Villahermosa, su padre se alistó en el ejército constitucionalista,
por lo que él y su madre se trasladaron a vivir a la ciudad de
Campeche. Por lo precario de su economía tuvo que trabajar y vender
los dulces que elaboraba su madre, y allí empezó a escribir sus
primeros sonetos.
Cursó estudios en la Escuela Nacional Preparatoria y en Colombia, a
donde fue enviado por el gobierno del entonces presidente Venustiano
Carranza. Fue cofundador de la revista San-Ev-Ank (1918) y de un
nuevo Ateneo de la Juventud (1919) y secretario privado de José
Vasconcelos Calderón.
En la Escuela Nacional Preparatoria se relacionó con intelectuales
de primera línea. Es nombrado agregado estudiantil para representar
a México en Colombia y Venezuela. Desempeña su labor con éxito y
regresa sorprendido por la dictadura Venezolana. Al rendir el
informe de sus actividades ante la Federación de Estudiantes,
pronuncia un airado discurso en contra del dictador Juan Vicente
Gómez, que causa un gran tumulto.
El escribió una carta en ese entonces al embajador de EUA diciendo
que no tenía derecho a controlar a todos los países, que
afortunadamente había guerrillas etc.
Profesor y alfabetizador
José Vasconcelos Calderón, rector de la Universidad Nacional,
impresionado por sus palabras contra el dictador de Venezuela quiso
conocerlo. Vasconcelos le da trabajo en la Universidad, primero como
escribiente y después como oficial. Simultáneamente ejerce como
profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria.
Meses después, cuando el rector es nombrado Secretario de Educación
Publica, ocupa un puesto en esta institución.
Vasconcelos convoca a los jóvenes a participar apasionadamente en su
proyecto educativo, que pretendía emular la hazaña de primeros
evangelizadores. Los nuevos misioneros tenían la tarea de erradicar
el analfabetismo de todos los rincones del país. Para este propósito
formó grupos de voluntarios, que se lanzaron a las vecindades a dar
clases.
En agosto de 1921, junto con Vicente Lombardo Toledano, Diego
Rivera, José Clemente Orozco y Xavier Guerrero entre otros, fundó el
Grupo Solidario del Movimiento Obrero. Fue profesor de poesía
moderna en la UNAM y director del Departamento de Bellas Artes.
Organizó los museos Frida Kahlo, el de la Venta, y el de
Anahuacalli. Colaboró en las revistas Falange (1922-23), Ulises
(1927-28) y Contemporáneos (1928-31).
Carlos Pellicer y Daniel Cosío Villegas emplearon los sábados y
domingos para llevar a cabo la tarea de "evangelizar" en materia de
letras a los vecinos de una vecindad de Peralvillo. Una mañana, muy
temprano, cuenta Cosío Villegas que entraron a un patio silencioso y
desierto donde no parecía existir gente alguna. El carácter tozudo
del poeta lo hizo vociferar:
"¡Y bien! ¿Qué nadie vive aquí? Entonces, ¿quién riega las macetas,
quién lava los corredores, quién barre el patio?"
Cuando lo primeros curiosos se asomaron por las ventanas y algunos
otros se acercaron desconcertados al joven que vociferaba; Pellicer
se transformaba de pregonero de feria en misionero, les instaba a
bajar para darles la buena nueva Les contaba que él era poeta,
recitaba sus versos, o alguno de Salvador Díaz Mirón y cuando
captaba la atención del público, les explicaba que todo esto era
gracias a las letras.
A continuación, con ayuda de su pizarra trataba de iniciarles en el
gusto por las letras. Cuando terminaba su explicación acordaban el
día y la hora se verían para continuar las clases. Atrajo mucha
gente, que se dividieron en dos grupos uno de los cuales atendía
Daniel Cosío.
La transformación educativa iniciada por Vasconcelos tuvo frutos. En
1921 cuando había tomado a su cargo la Secretaría de Educación
Publica sólo había 8.171 escuelas, 17.206 maestros y 679.897
alumnos, con un presupuesto de 2.218.000 pesos. En 1924 deja un
presupuesto de 52.363.000 pesos y también 13.487 escuelas, 26.065
maestros y 1.049.539 alumnos.
Años después, debido a una invitación que le hiciera el poeta
argentino José Ingenieros para visitar París y con la ayuda de una
beca para estudiar museografía en la Sorbona, Pellicer vive en
Europa durante poco más de tres años.
Regreso a México y entrada en la política activa
Retorna a México para unirse a la campaña presidencial de José
Vasconcelos Calderón. Al igual que a su llegada de Sudamérica, se
encontró con una juventud pujante e irreverente y pasó a formar
parte del llamado vasconcelismo. Por una parte su beca europea no se
postergó más tiempo y en el mes de marzo de 1929, José Vasconcelos
era nombrado en Celaya, Guanajuato, candidato oficial por el Partido
Antireeleccionista.
El 17 de noviembre de 1929 día de las elecciones, México se llena de
sangre, se habla de 9 muertos y de 17 heridos. Se dispara contra los
manifestantes en Tampico, Córdoba (Veracruz), en Guaymas y en
Tuxpan. Los soldados se llevan las urnas y los camiones del gobierno
las acarrean. Un periódico de los Estados Unidos declara vencedor al
candidato oficial por un margen de un millón de votos.
Vasconcelos va a Guaymas perseguido por el ejército y la policía. Lo
persigue también un enviado del gobierno de los Estados Unidos para
ofrecerle, a cambio de reconocer su derrota, la rectoría de la UNAM.
No acepta y ordena a sus seguidores que se escondan. Al día
siguiente son detenidos miles de vasconcelistas. Pellicer no escucha
recomendaciones y pretende continuar su vida normal. Es detenido una
tarde, cuando se disponía a salir de casa, para dar su paseo
acostumbrado de las Lomas a los Remedios.
Las gestiones de su familia y amigos consiguen su libertad en breve
tiempo.
El exilio voluntario
No fue fácil reiniciar la vida, abandonó la prisión para sumirse en
una cárcel de libertad:
Que se cierre esa puerta que no me deja estar a solas con tus besos.
Así, escribiendo versos, comenzaba su exilio en su propia patria,
pero no era la única puerta que rondaba en sus soledades, todas las
entradas estaban cerradas. Era un poeta marcado por causa de su
militancia vasconcelista. La pobreza lo había seguido toda la vida,
pero hasta ese momento no le había hecho un poema a la miseria,
lamentaba que sus padres tuvieran que sufragarle dinero para el
tranvía.
Maestro de la escuela secundaria Nº4
A principios de 1931 cambia su suerte, publica: Cinco poemas y
consigue ingresar como profesor de Historia de México, Historia
Universal y Literatura Castellana en la Escuela Secundaria Nº4.
Ejercería el magisterio durante veinte años.
Caminaba junto a sus alumnos por las calles de la ciudad, llevando
traje y corbata. En aquella época, Pellicer gustaba vestir elegante.
Hacía el final de su vida se despojó de cierta frivolidad. Ocultaba
su calvicie con un sombrero y sus ojos con lentes oscuros. Ahora
eran los jóvenes quienes podían decir que eran alumnos de Carlos
Pellicer.
En 1932, durante el primer ciclo, de la primera temporada del Teatro
Orientación Pellicer prueba suerte en las tablas y debuta como actor
dramático. Actuó en la obra Georges Dandin con el papel
protagonista. Su participación fue desastrosa, pues marcó su debut y
despedida.
Uno de sus mejores pasatiempos era visitar a los libreros que se
apostaban en las banquetas de las calles de Tacuba. Los hijos de uno
de estos comerciantes habían sido sus condiscípulos en la Escuela
Nacional Preparatoria y ahora eran activos proveedores de su antiguo
compañero de escuela. Por otra parte continuaba impartiendo clases a
los alumnos del tercer grado. Cuando comenzaban los cursos les
indicaba cual era el programa a desarrollar y lo cumplía con
puntualidad; aunque no era un maestro autoritario, hacía guardar el
orden.
Al igual que en los años anteriores comenzó el primer día de clases
del año 1934 hablando a sus alumnos de la cultura Griega. Les hacía
notar su influencia en la cultura mexicana y la forma en que el
periodo Renacentista tuvo que volver a los clásicos para romper con
la escolástica. Causó una profunda huella en su alumno Pedro Ramírez
Vázquez quien se mostró muy interesado en el tema. Este declaró en
una entrevista:
"No hablaba de Grecia como una sucesión de fechas y héroes si no se
refería a la vida cotidiana de las personas"
Pellicer llevaba a su alumnos a visitar inmuebles del centro de la
ciudad, principalmente iglesias. Esta práctica le servía de base
para contar anécdotas históricas alrededor de obras arquitectónicas.
También organizaba excursiones a zonas arqueológicas. Visitaban
Tenayuca, en Santa Cecilia Acatitlán, para observar los restos de
una pirámide y el templo católico adyacente. En otras ocasiones iban
a Teotihuacan y Acolman. Su sobrino Carlos Pellicer López evoca que
en las visitas a Tezcutzingo, donde se encuentran los restos del
jardín de Nezahualcoyotl, les pedía a su alumnos que hicieran
dibujos.
Sus pláticas frecuentemente versaban sobre el vasconcelismo y la
huella que había dejado en la cultura mexicana. Solía decir:
"Si los muralistas tenían una personalidad tan imponente, cómo sería
Vasconcelos que había podido reunir a su alrededor intelectuales de
primera línea."
La forma de impartir los conocimientos de manera integral hacía
despertar las inquietudes de sus alumnos. Al joven Pedro Ramírez
Vázquez lo condujo a la arquitectura, disciplina que no le atraía al
ingresar a la secundaria. Pellicer continuó dando clases durante los
siguientes años y algunos de sus alumnos alcanzaron lugares
prominentes dentro de la sociedad.
El museólogo
Durante mucho tiempo, Pellicer utiliza su tiempo libre viajando por
México y buscando en sus viajes arte prehispánico olvidado en
México. Intentando recuperar lo que se perdió con la conquista
recopila figuras e idolillos que inundan el desván y la recámara. De
ahí le nace la afición museística.
Finalmente, Pellicer dejó el magisterio para organizar museos. Como
museógrafo es según muchos una referencia innovadora. Fue pionero de
esta disciplina y su más significativa enseñanza era que:
"Las cosas por sí mismas manejan su propia retórica y su elocuencia
es su patrimonio intrínseco."
En 1953 pasa a formar parte de la Academia Mexicana de la Lengua.
Pellicer opinaba de su actividad museográfica lo siguiente:
"...cuando hago un museo y los he hecho siempre solo; todos los
errores son míos, y si hay aciertos también son míos. Estoy más
cerca de la lógica y el orden a través del tacto moviendo o
movilizando objetos, que manejando las palabras. Para mí hombre
confundido con la tierra, las palabras son demasiado volátiles: se
me escapan de las manos. En la organización de museos es donde me
encuentro con menos obstáculos, con mayor posibilidad de ejercer, de
establecer el orden".
Desvinculado de su actividad docente y huyendo de los recuerdos de
la madre fallecida; inicia con pasión su obra museográfica. Para
ello habla con el gobernador de Tabasco con el fin de organizar la
reestructuración del Museo de Tabasco. Empieza a trabajar hasta el
año siguiente. Trasformar el anticuado museo le lleva todo el año y
el siguiente. En ese tiempo organiza doce salas de exhibición. La
sala que alberga los códices mayas la dedica a Lord Kingborough, que
muere en prisión y en la miseria, por los compromisos contraídos
para publicar en Inglaterra códices indígenas mexicanos. Proyecta
también un auditorio, una oficina, una biblioteca y una sala de
exhibiciones temporales. Para poder realizar este proyecto tuvo que
viajar constantemente a Villahermosa. Al no tener casa colocó en el
vano de la escalera del propio museo una cama y una caja de madera
que hacia las veces de guardarropa. El vano de la escalera era
preservado de la mirada de los visitantes al museo por un biombo de
madera. Su espíritu franciscano es parte de la respuesta a la
actitud estoica que lo llevaba a aquel rincón. La otra es la
estrechez económica que nunca lo abandono.
El 17 de septiembre de 1964 obtiene el Premio Nacional de
Literatura. Ese mismo año, su antiguo discípulo, el arquitecto Pedro
Ramírez Vázquez inauguraba el Museo Nacional de Antropología e
Historia en Ciudad de México. Para su diseño se basó en las
indicaciones de Pellicer. Pedro Ramírez Vázquez tuvo la oportunidad
de colaborar con su maestro en etapas posteriores del museo regional
de Tabasco a orillas del río Grijalva.
En la casa museo Carlos Pellicer hay una reproducción de esta
escalera y en el ambiente flota uno de sus versos: "Esta barca sin
remos es la mía". Ese mismo año el Dr. Manuel Fierro coordina el
Congreso Mundial de Cardiología he invita a su antiguo profesor de
historia a escribir unas líneas acerca del significado del corazón
en la cosmovisión prehispánica. Su disertación aparece publicada en
el diario del congreso y es profundamente pellicereana.
Los últimos años
Siguió manteniendo amistad con sus ex-alumnos durante toda su vida.
En 1972 viaja junto a su discípulo, médico de cabecera y amigo, el
doctor Fierro, a la península de Baja California con un grupo de
médicos destacados, entre ellos el alergólogo Mario Salazar Mallén e
invitados especiales de otras disciplinas. Pellicer impartió
conferencias de Historia de México en general y Miguel León Portilla
de la historia de la Baja California. En ese viaje sufrieron una
avería y quedaron frente al paisaje del desierto, cerca un bosque de
cactáceas y piedras milenarias. Pellicer aprovechó para hacer los
apuntes que luego se convertirían en su poema Dulce canto del
desierto.
En 1976 fue elegido senador de la República por el PCM.
Carlos Pellicer Cámara falleció a la edad de 80 años en la ciudad de
México y sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Durante el primer informe de gobierno del Presidente Fox, la
senadora Beatriz Paredes citó al poeta durante su alocución.
Características poéticas
Como poeta, perteneció a una generación de intelectuales mexicanos
que adoptaron el nombre de Los contemporáneos. Corresponde a éstos
haber aportado, desde Latinoamérica, un estilo literario de
vanguardia. Este hecho adquiere mayor importancia si se tiene en
cuenta que México ha adoptado con facilidad influencias extranjeras.
En ese sentido, Pellicer no fue sólo un gran poeta, también fue un
innovador.
La modernidad del Siglo XX, que en México fue especialmente notoria
hacen que Pellicer busque esta modernidad en la poesía.
Carlos Pellicer es el primer poeta realmente moderno que se da en
México. No se rebela contra el Modernismo: lo incorpora a la
vanguardia, toma de ésta y otras corrientes aquello útil para decir
lo que quiere decir. Cuando muchos de los Contemporáneos exploraban
los desiertos de la conciencia, Pellicer redescubre la belleza del
mundo. Sus palabras quieren reordenar la creación. Y en ese trópico
entrañable los elementos se concilian: la tierra, el aire, el agua,
el fuego le permiten mirar "en carne viva la belleza de Dios".
Pellicer ve el mundo con otros ojos y al hacerlo modifica la poesía
mexicana. Su obra, toda una poesía con su pluralidad de géneros, se
resuelve en una luminosa metáfora, en una interminable alabanza del
mundo: Pellicer es el mismo de principio a fin.
Extraído de
Wikipedia, la enciclopedia
libre
|